11 agosto, 2011

un juego de muchos "no"

Evangelio según San Mateo 18,21-35.19,1. 
Entonces se adelantó Pedro y le dijo: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?".
Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores.
Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos.
Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda.
El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor, dame un plazo y te pagaré todo".
El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: 'Págame lo que me debes'.
El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: 'Dame un plazo y te pagaré la deuda'.
Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor.
Este lo mandó llamar y le dijo: '¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda.
¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?'.
E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos".
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea y fue al territorio de Judea, más allá del Jordán. 

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El perdón... ¿cómo no perdonar si hemos sido perdonados? sin embargo, después de toda la misericordia de Dios para con nosotros seguimos empeñados en no perdonar. ¿Por qué será que somos así? porque no nos hemos sentido perdonados por Dios, no porque la misericordia del Señor no sea grande, sino porque no consideramos nuestras ofensas graves. Es decir, si no tenemos una correcta comprensión de lo que es el pecado, de sus implicaciones y consecuencias y de lo que quiso hacer Dios para perdonarnos, entonces no podremos sentir gratitud ante tal gesto de amor.
Es como el hijo que recibe la comida todos los días pero no alcanza a percibir que la familia está en quiebra y que la mamá tiene que hacer grandísimos sacrificios para conseguir el alimento, y encima de todo, el hijo no come porque no le gusta lo que le sirvieron.
Si el hijo supiera lo que hizo la mamá para conseguir ese plato de comida, entonces seguramente se la comería con el mayor de los gustos y no dejaría nada, pero como no ha vivido ese sacrificio, entonces no le importa. Como decía mi abuelita: "nadie experimenta en carne ajena".
¿En el evangelio aquel hombre por qué no perdonó? porque no meditó en el perdón que recibió.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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