Evangelio según San Juan 12,24-26.
Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.
El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna.
El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre.
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Si el grano de trigo que cae en la tierra no muerte, queda SOLO... pero si muere, da mucho fruto. ¿Por qué? porque si muere germina en una planta de trigo, y esto implica que ese granito se convertirá en una espiga que produce muchos más granos. Este mismo fenómeno se da en la vida material y espiritual.
Material: "El hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne" y de esta unión sacramental en la cual ambos tienen que morir a sí mismos para ser "el otro", nacen los hijos, frutos del fruto que murió y no quedó solo.
Espiritual: "el que guarda su vida la perderá y el que pierda su vida por mi la encontrará" y de esta unión mística con el Señor se exige la muerte propia al pecado, a sí mismo y a la vida, para dar vida por medio del anuncio del Reino de los Cielos a todos los hombres. El cristiano tiene que hacerse otro Cristo para dar muchos frutos de conversión y no quedarse solo.
En cualquier caso, el que quiera seguir a Cristo debe seguirlo y hacer lo que Él hace y vivir como Él vive, y amar como Él ama y servir como Él sirve. ¿Y cómo no amar locamente a la Inmaculada con el amor loco que tuvo Jesús por Ella? Ser Cristianos significa ser Marianos, porque el devoto más grande y fiel y tierno y dulce que ha tenido la Virgen se llama Jesús de Nazaret.
Por la Inmaculada al Corazón de Jesús.
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