"Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender". Uf, y nosotros que poseemos esa llave de sabiduría, esa inteligencia para poder comprender, esa llave se llama Espíritu Santo, paradójicamente más conocido como "el gran desconocido". Se le conoce precisamente así por que no se le conoce. Es decir, el Espíritu Santo continuará siendo el gran desconocido siempre y cuando no le llamemos y conozcamos, pero no es sólo llamarlo y listo, sino una vez se llame, acto seguido, ponerle a trabajar.
De manera que:
1. Se le llama el gran desconocido precisamente por que no le conocemos, no es amigo nuestro. No se conoce lo que no se ama.
2. Cuando le llamemos, no nos quedemos pidiendo que venga como si fuese sordo o autista, cuando lo llamamos, Él, el Espíritu Santo, quiere que le pongamos a trabajar, a actuar. Pero muchas veces le llamamos y se va (y no cambios en las personas) precisamente por que no le disponemos trabajo. Es como el que dice que quiere trabajar y nunca se pone a trabajar.
Esteban Sánchez.
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