Qué es lo que pasa, que María al ver a Jesús no le reconoce, como si nunca le hubiere tratado o servido.
Será que Dios se nos esta siempre ocultando, nos tiene miedo o será que simplemente hay algo en nosotros que nos distorsiona u oculta a Dios aún en frente a nosotros, dando así el desconocimiento total o mejor dicho, el desconocimiento fatal de Dios mismo. ¿Qué pasa, qué nos pasa?. Que Dios debe acudir siempre a nuestro llamado para reconocerle, llamado que puede ser simple, con sencillez o duro, con fuerza, se podría decir que eso depende de la sordera o rigidez del oyente, si es que posee la facultad de la escucha, no humana sino divina sólo proporcionada en la oración personal activa.
Entonces, ¿María no poseía esa unión o disposición divina al no reconocer al Maestro? sólo después de que Él le llama por su nombre le reconoce... y bien, ¿María estaba en unión a Él o no lo estaba?, pues no le reconoció. Y eso qué, eso ha quedado en el corazón de María, al nuestro le compete el responder a la pregunta planteada, ¿qué pasa o qué nos pasa?.
Bueno es solucionarlo, saberlo y trabajarlo...
Esteban Sánchez
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