"Trabajen por el alimento que permanece y da vida eterna" es lo que nos pide el Señor, el alimento que permanece y da vida eterna es su cuerpo y sangre; La Santa Eucaristía, misterio pascual de amor, misericordia y justicia de Dios. Él sabe cumplir a los que creen en su palabra la promesa de justicia, amor y misericordia: "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día" (Jn 6,51-59). Este es el alimento verdadero que saciará nuestras inquietudes y nuestro corazón necesitado, nuestro corazón que se siente vacio y herido, como dice San Agustín "Nos hiciste para Ti, Señor, y nuestro corazón no descansará hasta que repose en Ti"
"La obra de Dios es esta: creer en aquel que Dios ha enviado", y la pregunta que nos puede suscitar el día de hoy es: ¿He creído en aquel que Dios ha enviado? O mejor aún ¿Le he creído a Él? Pues es diferente creer en Jesús y CREERLE A JESÚS. Señor que en el día de hoy pueda reconocer tu amor, misericordia y Justicia en cada hombre y de esta forma te crea a ti Salvador mío que nos prometiste que lo que hiciéramos a favor del prójimo a ti te lo haríamos.
¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
"Ad maiorem Dei gloriam"
Alfer Aristizábal
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