Jesús es el camino, la verdad y la vida. También es la puerta, el Pastor y la fuente de agua viva. En definitiva, Jesús es todo. ¡Mi Dios y mi todo!
Pero María, nuestra Madre también es nuestro todo, no porque compita con el Señor, sino porque somos de ella. Así lo prometimos aquel día en que nos consagramos a su amor para ser llevados a Jesús. ¿Y por qué nos consagramos a Ella y nos hacemos sus esclavos? Porque:
María le enseño a caminar al camino.
María le enseño a Jesús, la verdad, a decir la verdad.
María dio a luz a la vida.
María calmó la sed del agua viva.
María cuidó del Buen Pastor.
María es la puerta por la que Jesús, la puerta, vino al mundo.
María es el camino más fácil, corto, seguro y perfecto para ir a Jesús.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
Gabriel López.
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