La multiplicación de los panes es signo de la Eucaristía. No faltará el incrédulo que diga que nunca se multiplicaron los panes sino que todo es un simbolismo literario que nos habla de cómo Jesús multiplicó el "pan de la palabra". ¡Jesús multiplicó los panes! Si alguien no es capaz de entender eso tan sencillo entonces no es capaz de creer en la Eucaristía.
Jesús se preocupa por alimentar a los que lo siguen. ¿Cómo los alimenta? Primero que todo por medio de la Palabra, la predicación. En segundo lugar les da alimento material. No solo les da pan sino que también les da pescados ¿por qué?.
Vemos los panes y los peces en tres ocasiones: las dos multiplicaciones de los panes y en la segunda pesca milagrosa. El pan es el alimento divino: ¡Dios se hace Eucaristía! Y el pescado es el alimento natural (obtenido por el trabajo) (c.f. Jn 19, 1-21).
Alimento natural (fruto del trabajo) + alimento espiritual (dado por Dios) = cumplimiento de la voluntad de Dios.
Dos cosas quiere Dios: orar y trabajar. Recibir y dar. Escuchar y hablar. Recibir la Eucaristía y ser Eucaristía.
María. Recibió la Eucaristía y fue Eucaristía. Y yo que recibo la Eucaristía ¿soy Eucaristía?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
Gabriel López.
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