Amado Jesús, tú has tenido compasión de mí, me has levantado cuando no he tenido fuerzas, me has devuelto el vestido de la gracia, me has sanado las heridas y me has hecho compañía cuando he quedado sola en medio del mundo, has sido mi buen samaritano.
Hoy quiero amarte con mi corazón, no con una parte, sino con todo mi corazón, sin guardarme nada para mí, igualmente quiero amarte totalmente, con mi alma, con mis fuerzas y mi mente, con mi ser entero, y así podré corresponder la misericordia que has tenido conmigo demostrando la caridad con mi hermano, dejándome amar, para amar.
Santísima Virgen María enseñarme a ser coherente con mi vida de fe, purifica mis pensamientos, sentimientos y acciones para hacer siempre el divino Querer. Amén.
Jessica Restrepo
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