Se vende todo lo que se tiene por comprar el campo en el que está el tesoro, no se valora el campo por la tierra sino por el tesoro; así mismo nosotros debemos desear el cielo, no por los bienes que allí se reciben sino por El Tesoro, por Dios mismo.
Nuestra vida por aquí es transitoria, es temporal, ¿porque no alegrarnos por las cosas del cielo? ¿Porque anunciar a Cristo como algo difícil? En realidad podemos expresar la alegría que nos produce haber renunciado a cosas efímeras por Dios, pues cuando hay algo mejor, se sacrifica lo menor con alegría y convicción.
Virgen María enséñanos tu amor, tu entrega, tu renuncia, tu mortificación universal, tu consagración total a Dios. Gracias mamá porque eres el testimonio vivo de que no hay camino tan perfecto como seguir a Jesús.
Jessica Restrepo S.
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