En toda la historia de la salvación vemos como hombres a los cuales Dios les da las gracias suficientes para convertisen y cambiar de vida, pero que pòr la soberbia, origén de todos los males, no haceptan el plan de Dios por no renunciar a sus placeres o a sus riquezas, y Herodes es uno de ellos, el cual Dios le insistio, por medio de Juan el Bautista, que cambiara su vida y dejara esa relación ilicita que tenía con la esposa de su hermano, pero el corazón del hombre es tan duro que no quizo, y mas bien decidio no presta atención a lo que decía Juan. Cuantas veces no somos nosotros los que nos comportamos como Herodes, desechando lo que Dios nos manda para crecer en la caridad y la pureza dejando que el tiempo pase, diciendo que despues cambiare, que corazón tan duro el del hombre que desprecia lo más sublime que podemos recibir, que es a Cristo.
Pero Dios desde la eternidad se predestino la Mujer humilde que cambio todo los planes soberbios del hombre y del demonio, haciendo así el plan de salvacion con el Verbo encarnado. El Fiat de María nos lleva a suguirla en la virtus de la humildad recibiendo todo lo que Dios nos da para nuestra salvación.
San Antonio prega per me.
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