23 julio, 2010

Viernes 23 de julio de 2010. Mt 13, 18

milagrosa transparente

Dice el Señor: <<Cuando uno oye la palabra del Reino y no la interioriza, viene el Maligno y le arrebata lo que fue sembrado en su corazón>>.

La Palabra es sembrada en nuestros corazones para que germine y dé fruto. Pero el fruto no es dos o tres veces lo que se sembro sino 30, 70 o 100 veces más. Dios quiere que cultivemos su Palabra, que explotemos los talentos y demos fruto abundante. Dios quiere tener una abundante cosecha pero nosotros no estamos interesados en trabajar para otros. Quisiéramos trabajar para nosotros mismos (o que otros lo hagan por nosotros) y recibir todas las ganancias, pero , lo que no hemos notado es que la verdadera ganancia está en servirle al Señor y ser tierra buena, porque no somos más que eso, tierra.

Somos vasijas de barro cono tierra, y la tierra por sí sola no puede dar fruto porque es necesaria la semilla. La semilla es la Palabra de Dios y la tierra sólo es el sustento para que aquella semilla crezca. Nosotros debemos comprender eso: sólo somos tierra, pero debemos ser de la buena.

Se miráramos más a la Inmaculada seríamos mejor tierra. Si la consagración alumbrara nuestras vidas tendríamos más abono para alimentar la semilla. Si amáramos más a la Inmaculada seríamos más parecidos a su hijo.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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