El Señor se encuentra en una situación particular pues los fariseos le piden una señal, una señal para creer sin embargo nos damos cuenta que en el fondo ellos no los convertiría ninguna señal, pues estaban duros en sus razonamientos, duros con la dureza de la soberbia que no deja ver la acción de Dios en el otro, pues el hecho de creerle a Jesús sería reconocer lo que él hacía, reconocer que ellos estaban equivocados y que Jesús tenia la razón. En nuestra vidas muchas veces pasamos por estas actitudes cuando caminamos en la vida espiritual, muchas veces nos cuesta ver la mano de Dios en el otro y esto por la sencilla razón que solo queremos verla en nuestra vida (Egoísmo, propio de la soberbia) Él Señor quiere corazones abiertos a la gracia de Él para poder actuar, sin dejar a un lado los obstáculos que ponemos en nuestra alma el Señor no puede actuar y no por falta en su bondad sino por nuestra libertad que no quiere transgredir.
El Señor compara mucho la generación con los hombres cerrados que se le dan todo y no quieren recibirlo, lastimosamente esto no ha cambiado mucho pues en la actualidad la generación es igual, de una u otra forma cierras sus corazones a la acción de Dios.
Oh virgen santa danos la gracia de amarte profundamente, danos la gracia de abrir el corazón a la gracia tuya, de no cerrarlo a tu acción, de poder estar abiertos a recibir tu humildad que nos permita ver tu acción en todos los hombres, en todas las personas.
¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
"Ad Maiorem Dei Gloriam per Mariam"
No hay comentarios:
Publicar un comentario