El problema de Marta no era el tener demasiados quehaceres, sino que era el estar cuestionando la actitud de su hermana, pues parecía estar más interesada en qué estaba haciendo su hermana, que en hacer sus actividades y desde allí escuchar a Jesús.
¿Qué nos inquieta y pone nerviosos? ¿Qué queremos que suceda y aún no pasa? Quizás el Señor está respondiendo a ti y a mí, lo único necesario es esperar en su voluntad, que es buena, agradable y perfecta, necesitamos ponernos a los pies del Maestro, dejarlo actuar, dejarlo hablar al corazón y por medio de las circunstancias que nos rodean.
Paciencia, paciencia, me pides, y yo me dejo sumergir por el activismo, perdóname Jesús, perdóname por no ponerte atención, por no ser el centro de mi vida, por no esperar en Ti, te amo con mi pobre, pequeño e imperfecto amor, pero quiero darte lo mejor de mi, suplico a mamita María tome todo lo bueno que pueda haber en mi y lo cultive para que de abundantes frutos de vida eterna. Amén.
Jessica Restrepo S.
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