15 abril, 2011

Descubriendo la Verdad con la humildad del corazón

Viernes, 15 de abril de 2011. Jn 10, 31-42

A la Piedra Angular le querían apedrear para derrumbarle, sin embargo permanece firme y con calma descubre los corazones. No le apedreaban por obras buenas sino por la supuesta blasfemia, pero ¿Qué es blasfemar? Pues decir palabras injuriosas contra Dios, maldecirle, pero Cristo no lo hizo, con sus obras muestra su divinidad, como Él lo dice, honra y glorifica a Dios a Padre, cumple la Voluntad Divina.

Ahora cabe preguntarnos ¿Cómo son nuestras obras? ¿Damos gloria a Dios o nos gloriamos nosotros mismos? La persecución debe llevarnos a reflexionar y purificar nuestras obras de fe, los actos humanos y libres, pues si nos dejamos guiar por la vanagloria tarde o temprano terminaríamos negando a Cristo, solo por quedar “bien” ante los hombres. En la prueba se muestra el corazón, se muestran las intenciones, por eso hoy damos gracias a la Virgen María porque con su auxilio nos ha acompañado en la tribulación, nos ha dado luces para mirarnos y para evaluar nuestra conciencia reconociendo que Dios ha sido grande con nosotros y que debemos corresponderle.

Madre del Amor Hermoso, que interiormente podamos glorificar a Dios para que exteriormente también lo hagamos, que consumiéndonos en la convicción de tenerle y reconocernos amados podamos profesar, con humildad profunda, nuestra fe, la Verdad y glorificarle con nuestra vida reconociendo sus obras en nuestra existencia.

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