06 abril, 2011

Elena Mejía Layana

Lucas 11, 14-23
Jesús siempre tan sabio, en este hermoso evangelio expulsa a un demonio mudo y lo hace hablar.
Pero mucha gente lo criticaba y eran tan capaces de decir que lo hacía con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios y lo tentaban pidiéndole un milagro. Pero Jesús no podía ponerse en el juego de estos hombres, por sus malas intenciones.
Aquí Jesús una vez más nos hace ver que él es más poderoso que nadie, porque saca demonios por poder de Dios y esto nos indica que el Reino de Dios vino por nosotros.
Pero lo más hermoso es lo que dice Jesús: ”El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.”
Si nosotros no seguimos su palabra, no cumplimos los mandamientos, los sacramentos, nos veremos envueltos en un mundo desastroso, horrible, lleno de tristeza, angustias; y si es lo contrario lo seguimos con amor y junto a María todo lo entregamos a Él, nos abandonamos en El, nuestras vidas estará llena de gracia de Dios

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