22 junio, 2010

Comentario de San Agustín sobre Mt 7, 6

San Agustín, de sermone Domini, 2,20. Debe saberse qué es lo que entiende el Señor por santo, por perros, por perlas y por puercos. Santo es lo que no es lícito corromper, de cuya infracción se considera culpable la voluntad, aun cuando aquello quede incorrupto. Perlas son todas las cosas espirituales de mayor estima. Aun cuando son una misma cosa lo santo y las perlas, sin embargo se llama santo lo que no debe corromperse, y perla lo que no debe despreciarse.

Son perros los que combaten la verdad, y consideramos como puercos a los que la menosprecian. Como los perros se arrojan para morder, y como destrozan lo que muerden no dejándolo entero como estaba antes, dijo: "No déis lo santo a los perros", porque en cuanto pueden, si está a su alcance, se esfuerzan en destruir la verdad. Los puercos, aunque no tienen tanto instinto de morder como los perros, andando por el fango todo lo ensucian, y por ello añade: "Ni echéis vuestras perlas ante los puercos". (Catena aurea ES 3706)

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