21 junio, 2010

Junio 21 2010 AA

El Señor nos pide que antes de ver la mota en el otro veamos la biga de nuestro ojo, pues en él se encuentra una biga muy grande, más de lo que hay en los ojos de los otros. Y la razón es la siguiente como decía un compañero nuestro, cuando vemos la biga de nuestro ojo y no enfocamos en ella no tenemos tiempo para ver la de los demás, no tenemos tiempo para juzgar al otro, por esto el evangelista Mateo nos dice "No juzguéis y no seréis juzgado" sabia recomendación pues ante el juicio además de que se corrompe la visión objetiva del otro se puede llagar a tener una inclinación a poner al otro por debajo. El Señor nunca quiere esto entre nosotros pues sabe que nosotros ante sus ojos somos iguales, aunque teniendo en cuenta nuestras pobrezas, flaquezas y debilidades, las cuales son particulares y necesitan de nuestro esfuerzo para poder corregirlas. El Señor nos enseña una clave de caridad ardiente con el otro, "No juzguéis" pues además que corrompe el alma se convierte en clave de nuestro propio juicio; "Con la misma medida que juzguéis seréis juzgados"

Santa Madre tu que no juzgaste a ninguno ni siquiera a los que mataban a tu hijo amadísimo, enséñame a tener la virtud de la comprensión y caridad para o juzgar a mi prójimo.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!

"Ad Maiorem Dei Gloriam per Mariam"

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