Oh Jesús, eres nuestro alojamiento, nuestro alimento, nuestra comida, eres el más delicioso manjar, pero muchas veces no te reconocemos, porque fijamos nuestra mirada en tus servidores, en sus defectos y así nos privamos de nutrirnos completamente de Ti
Mi Jesús sacramentado, quiero siempre sentirme necesitada de ti, para que perseverando en tu escucha y en el amor pueda ser alimentada por ti en la tarde, ser saciada y colmada siempre.
Madre, Señora nuestra, mujer Eucarística, ayúdame a valorar tan excelso sacramento, tan maravilloso regalo para reflejar la Eucaristía y ser custodia de Dios, y haciendo lo que me corresponde (poniendo los 5 panes y 2 peces) permita que el Señor obre milagros que irradien Amor a las almas.
Jessica Restrepo S.
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