Muchas veces nos hemos dejado llevar por los cuestionamientos que nos hacen y las pruebas que nos lanzan los enemigos del alma, nos dejamos robar la paz, no tenemos el suficiente discernimiento y fácilmente cambiamos las cosas de Dios por las cosas del Cesar.
¿La cara de quién está grabada en nuestra alma? ¿Qué inscripción tiene? Quizás esta grabada la de nosotros mismos, la de nuestro egoísmo, la de nuestra voluntad humana. Deberíamos referir a Cristo, imitar a María en las bodas de cana y señalar a Jesús, a sus enseñanzas, de preguntarnos frecuentemente sin olvidarlo: ¿Qué haría María? ¿Qué haría Jesús?
En realidad lo que los fariseos dijeron fue la descripción de la forma de cómo iba a actuar Jesús: fue sincero, no se fijó en quienes eran, solo tuvo presente hablar con sinceridad de las enseñanzas divinas. Ayúdanos Jesús a no juzgar, sino a cumplir nuestro papel de predicar, de hablar con la Verdad, de responder con caridad y amor. Santa María, ruega por nosotros.
Jessica Restrepo S.
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