14 junio, 2010

Lunes, 14 de junio de 2010. Mateo 5, 38-42 JR

¡Impresionante! Lo que nos manda el Señor es todo un crecimiento en virtud y amor; inicialmente nos pide controlarnos, no corresponder ojo por ojo, ni diente por diente, debemos empezar a controlar los impulsos y las reacciones que tenemos, en principio sin hacer frente, pero aspirando a poner la otra mejilla, es decir, a no temer a una humillación mayor ni a la injusticia, pues “dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”, porque evitaremos que el otro peque, porque la recompensa está en el cielo, se dará al otro la capa de la bendición y el perdón.

Parece suficiente, pero la meta es aún más alta y con la gracia lo podremos cumplir, porque con el Amor podemos amar; se nos pide dar de lo que tenemos, dar más, dar nuestros bienes pero también nuestro sacrificio, nuestra compañía, que en el fondo, si tenemos a Dios, lo que las otras personas buscan en nosotros es la compañía y el Amor de Dios.

María, madre santa e inmaculada, templo augusto de la Santísima Trinidad, así como nuestro Señor es un eterno generoso, que nos da más de lo que le pedimos y merecemos, llénanos de la gracia de la llama de amor de tu corazón, para que amemos, lo imitemos y podamos decir algún día como san Pablo: “Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi” Amén.

Jessica Restrepo S.

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