Hoy el Señor nos enseña a orar sin desanimarnos, hace énfasis en la importancia de ser perseverantes y si somos “intensos” ante los hombres, para conseguir un bien temporal, ¿por qué no serlo ante Dios para conseguir un bien Eterno?
na característica esencial de la constancia en la oración, nos la da el Señor al recalcar que los cogidos claman a Él día y noche, por tanto quiere que al final no se pierda esta constancia
Si un juez que no tenía temor a Dios ni respeto a los hombres —como lo repetía en dos veces el evangelio— es capaz de hace una obra buena como es el defender a la viuda, ¿Cuánto más nuestro Padre del Cielo?
María, Mujer del Fiat, queremos perseverar en ti, que cada palpitar de nuestro corazón sea una oración de amor y confianza en Dios, ayúdanos a que nuestra oración sea acompañada del amor y de la humildad, para reconocernos como la viuda necesitados, débiles e impotentes. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario