MARTES 12 DE OCTUBRE DEL 2010
Lucas 11, 37-41
El hombre es un ser integral de cuerpo y alma, tiene una vida interior y vida exterior, Dios siempre nos ha propuesto la vida interior porque es allí donde le encontramos a Él y en esta vida interior es de donde se desprende nuestra felicidad y donde alcanzamos la paz que tanto buscamos y deseamos, el Evangelio de hoy nos invita precisamente a la vida interior a preocuparnos por ese espacio de la vida que es tan importante para todo ser humano y que frecuentemente vemos como cada vez más se va perdiendo el interés por buscarlo y por adquirirlo.
Nuestro Señor invitado por un fariseo a comer ve en el corazón de éste, un pensamiento de exterioridades y que busca un ritualismo que no le lleva a la conversión de su corazón, sino una apariencia que muestra solamente un espejismo ante los hombre, olvidándose de lo más bonito del ser humano que es la sencillez y la transparencia, pero el Señor no se queda cayado, pues Él ha venido para predicar la verdad y sacar al hombre de sus errores y por eso le dice: “Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad” lo que más le importa al Señor del ser humano es su interior y sus ganas y deseos de salir de lo que le aparta de Dios, no es lo exterior lo que dice de una persona, sino su interior, por mucho que una persona trate de aparentar, tarde o temprano saldrá a la luz lo que en su interior tiene. El hombre tiene que recapacitar y darse cuenta que ante Dios no puede aparentar nada, pues Dios lo sabe todo, el hombre tiene que agradar a Dios en su interior con un amor sincero que busque siempre la verdad y desee encontrarse con Dios en su corazón a cada instante.
Muchas veces puedo caer yo en exterioridades, puede ser que caiga en el error de agradar a los hombre en vez de Dios, por eso le pido a la Virgen Madre mía que me de la gracia de vivir en profunda sinceridad con Dios y ser transparente como lo es y siempre será la reina de los cielos y de la tierra.
SantÁntonio prega per me.
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