SABADO 02 DE OCTUBRE DEL 2010
Mateo 18, 1-5.10

Continuamente el Señor se refiere a lo más pequeño como si fuera lo que más le gustara, en la vida de Dios vemos un contraste marcado en lo grande y lo pequeño, Dios que es Grande, omnipotente, se basta a sí mismo quiere darse a mostrar a los hombres como si fuera el más pequeño, en cambio en el hombre se da todo lo contrario, siendo lo más pequeño, quiere ser lo más grande, todo lo contrario a Dios, mientras que el hombre es soberbio, Dios es la humildad. Esto nos debe llevar a meditar sobre nuestra vida, si yo voy en busca del Señor me tengo que rebajar hasta el más pequeño, para poder encontrarme con el amor del Señor que se muestra en los más pequeños, por eso dice el Señor “Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos” si en verdad queremos ser grandes primero tenemos que ser pequeños, nadie nació ya crecido, sino que fue creciendo en un proceso natural y es lo mismo en nuestra vida espiritual en el proceso de nuestra conversión tenemos que empezar siendo los más pequeños en esta vida, para que Cristo se haga grande en nosotros, y de esta manera podamos ser contemplados por el Padre, ya que Él siempre pone sus ojos donde esta su Hijo.

La niña María es la creatura más perfecta porque se hizo la más pequeñita entre todas las creaturas y dejo que su Hijo fuera el más grande en su vida, por eso la invitación que nuestra Madre nos hace es a que la imitemos en todo especialmente en esta virtud tan fundamental que es la humildad, seamos los más pequeños para que Cristo viva en nosotros y sea Cristo el que se muestre en nosotros.

Sant´Antonio prega per me.