Es hermoso este evangelio, nos identifica con aquellas mujeres, personalmente allí me veo reflejada, porque aunque se dirigen hacia los discípulos con alegría en el corazón, es necesario que Jesús se atraviese en el camino, para decirnos “alegraos”, pues Señor, cada sentimiento humano debe ser confirmado y motivado por tus propios labios, por tu presencia, tu nos quitas el miedo, nos da la alegría, la acrecientas, para que anunciarte con total certeza de que vives…
Paralelamente a la misión, están los hijos de las tinieblas preparando con astucia las calumnias contra la Iglesia, contra los primeros cristianos, contra el mismo Cristo; afortunadamente toda mentira tiene imprecisiones que revelan su falsedad, por eso muchos santos se han encargado de comprobar la incoherencia de quienes niegan la Resurrección, nosotros también estamos llamados a no descansar, a unir nuestras fuerzas, a buscar razones, a formarnos y a dar la vida por la verdad, a no perder la alegría del Resucitado, a siempre buscar el Amor y a trasmitirlo con nuestra vida.
Gracias amado Jesús, por cada momento en el camino donde llegas a fortalecernos con tu alegría, gracias por cada milagro que hemos presenciado, por cada vez, que como aquellas mujeres, hemos estado postrados a tus pies en el Santísimo y nos has hablado, nos has movido a evangelizar, a anunciarte y porque con tus palabras sanadoras, nos quitas el miedo y nos das vida.
San Vicente Ferrer, Ruega por nosotros.
Jessica Restrepo
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