13 Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que crea tenga por él vida eterna.
16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
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La vida eterna mana de Cristo. La vida eterna es un don de Dios, que nos ha sido dado por medio del sacrificio único, eterno y perfecto de la Cruz de Nuestro Señor. Sólo en la cruz hallaremos la salvación, porque no hay salvación sin cruz, de la misma forma que nos hay Cristo sin cruz. ¿Y por qué es así?
Cruz gloriosa que sostuviste al Creador del mundo. En ti fue exaltada la salvación. En ti se gestó el acto más grande y noble que jamás el mundo pudo haber visto. En ti, madero santo el amor se hizo sacramento. Tú estás unida a la Eucaristía de una manera privilegiada porque el Sacrificio del altar es el mismo sacrificio tuyo. Victoria, tu reinarás, oh cruz tu nos salvarás.
Gracias Señor por la cruz. Gracias por las pequeñas cruces que nos regalas todos los días. Gracias porque nos amas tanto que quieres que te imitemos en el madero. Gracias por tu amor infinito e incondicionado. Gracias por tu amor.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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