Lunes, 30 de mayo de 2011. Jn 15, 26- 16, 4a
El Espíritu Santo dará testimonio de Jesús y nosotros obraremos en conformidad con ese testimonio, porque es en el encuentro personal y constante con Dios, en el que nos reconocemos amados, en que nuestra mente es iluminada para hacer vida cada enseñanza de Cristo, somos dirigidos por Dios, en el Espíritu de la Verdad.
El Espíritu hace vida a Cristo en nosotros, y en consecuencia, Dios quiere valerse nosotros para trasmitir esa Vida Divina ¡qué honor!... Testimonio es asegurar lo que se dice, es afirmarlo y probarlo. Estamos llamados a ser la Prueba de la Verdad, Verdad que es comprobada, Real, Verdad que es Vida y Camino.
En la hora de la persecución acuérdanos de tus palabras Señor, sabemos que no nos has dejado solos y estamos convencidos de la Verdad de tu amor, la hemos experimentado, vivido y transmitido, hemos visto tus frutos, hemos visto la protección de nuestra Señora, su auxilio maternal, sus enseñanzas, su fortaleza en la Cruz, a través de Ella ha sido atraído el Santo Espíritu que nunca nos ha dejado y no nos dejará. Gracias Virgen María porque contigo experimentamos a Dios en lo sencillo y cotidiano, en la tribulación, en la prueba, en las alegrías, en todo momento, así como lo hiciste Tú durante tu vida. Totus Tuus.
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