Domingo, 01 de mayo de 2011. Jn 20, 19-31
En el transcurso de la semana se le había anunciado a Tomás que habían visto al Señor, sin embargo pasaron ocho días para que nuevamente se apareciera Jesús a todos los discípulos reunidos, ante su duda Dios se da cuenta, pero no se aparece inmediatamente.
Ante nuestras dudas y falta de fe, el Señor permite tal “oscuridad” para crecer en humildad, para buscar la Iglesia, la reunión en comunidad, pues a la Iglesia se ha confiado el depósito de la fe y el que quiera creer, debe ser humilde y buscarle a Cristo allí, en consecuencia, Dios tendrá misericordia y nuestro encuentro personal con Él se entenderá en dicha comunidad.
Virgen Hermosa, te encomendamos nuestros bienes espirituales, nuestro camino de conversión para que nos guíes como buena Madre hacia el encuentro permanente con Dios.
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