Sábado, 21 de mayo de 2011. Jn 14, 7-14
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre»
¿Acaso Jesús es el mismo que el Padre? Claro que ¡NO!, Cuando el Señor dice que quien le ve, ve al Padre es porque su naturaleza divina es la misma, es porque Él no nos ha ocultado nada, porque en todas sus acciones nos ha mostrado la unidad perfecta con Dios Padre; reconociendo la inmensa distancia de cualquier comparación y analogía, podemos ver que un niño muestra lo que son sus padres, pues actúa en conformidad con lo que aprende de ellos, en los gestos, en las expresiones se parecen; Jesús y el Padre no solo se parecen, sino que son Uno en unidad con el Espíritu Santo.
Mientras más unidos estemos a Jesús, más nos parecemos a Él, podremos decir que no somos nosotros quienes vivimos, sino Cristo quien vive en nosotros, y en consecuencia, nada se nos será negado, porque tendremos sus mismos pensamientos, sentimientos y obras; porque cada cosa que pidamos, es Él mismo quien la pide en nosotros.
Virgen Inmaculada, Virgen Pura y Fiel, Digno sagrario y custodia de Dios, en Cristo está tu carne, te dignaste alimentar a Quien es nuestro alimento, no solo Él estuvo unido a ti por el cordón umbilical durante nueve meses, sino que siempre estuvo y está unido a ti, por eso te imploramos que nos enseñes a vivir con, por, para y en Él, pero lo queremos hacer a través tuyo pues no sabemos cómo hacerlo, porque tú ya lo hiciste y confiamos plenamente en ti. Gracias mamá por llevarnos a Jesús, por vivir cada Eucaristía en nosotros. Totus Tuus.
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