"Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios" es el mensaje que manda Jesús a sus discípulos y hoy nos lo manda a cada uno de nosotros. Y es que debemos recordar que Jesús nos trajo una nueva faceta de Dios: la faceta de Dios Padre.
"Abba" es la palabra que nos abre el corazón para tener un Dios cercano, que está con nosotros, que nos espera con los brazos abiertos aunque hayamos gastado toda la herencia en los placeres y nos hayamos revolcado en la inmundicia con los cerdos. Es el Padre que, como recordábamos en la vigilia pascual con Abraham, llevó a su unigénito al lugar del sacrificio, solo que esta vez lo llevó a término para de éste sacar la más grande de las victorias: su hijo resucitado y lleno de gloria y majestad.
Jesús quiere que en su resurrección no perdamos de vista al Padre que lo quiso todo así: mi Padre y tu Padre; mi Dios y tu Dios
Dios les bendiga
Germán Tamayo
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