18 noviembre, 2010

La tierra pasará, pero sus palabras no pasarán


Jesús cuando vio la ciudad lloró al ver perdida estaba, pues no había escuchado el mensaje de paz, ni lo había reconocido a él mismo como Dios, y agrega que llegarán días realmente difíciles para esta ciudad en que no quedará piedra sobre piedra, precisamente por no haber reconocido el mensaje de Dios.

Este llanto de Jesús permanece vivo en el tiempo, no solo por la ciudad de Jerusalén sino por tantas ciudades que están completamente alejadas de Dios y que no han querido reconocer el mensaje que Cristo nos ha venido a traer, pero del mismo modo estas ciudades algún día terminarán y se extinguirá, los grandes y soberbios monumentos de las ciudades cosmopolita no serán más que ruinas. Pero hay algo que permanecerá por siempre vivo en el tiempo: La palabra de Dios y sus promesas, la tierra pasará pero la palabra de Dios permanecerá intacta en el corazón de quienes lo han amado.

Madre de misericordia te pedimos que no permitas que caigamos en la soberbia del mundo y sus grandes esculturas, más bien has que nunca perdamos de vista la palabra de Dios y sus promesas de vida eterna que están por encima de todo. Enséñanos a amar a tu hijo como lo amas tú y a serle fiel como lo eres tú. Y que nunca más tengas que llorar por nosotros y por nuestros pecados.

En el corazón de mi Madre, la Iglesia... ¡Yo quiero ser el AMOR!

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