05 noviembre, 2010

Viernes 5 de noviembre de 2010.

Evangelio según San Lucas 16,1-8.
Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes.
Lo llamó y le dijo: '¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto'.
El administrador pensó entonces: '¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza.
¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!'.
Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: '¿Cuánto debes a mi señor?'.
'Veinte barriles de aceite', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez'.
Después preguntó a otro: 'Y tú, ¿cuánto debes?'. 'Cuatrocientos quintales de trigo', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo y anota trescientos'.
Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.

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Hay que obrar hábilmente. Los católicos tendemos a ser lentos y perezosos para inteligencia[1] las cosas de nuestra fe, que a la hora de la verdad son las más importantes de todas. En cambio, para las cosas de los negocios somos vivos, rápidos, inteligentes. ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo alimentar la astucia para el Reino de los Cielos?

Sólo seremos hábiles en las cosas del Señor cuando lo amemos. Uno es muy “vivo” para los negocios porque amamos el dinero y hacemos maravillas para conseguirlo, en cambio, como el Señor no nos interesa tanto, entonces no hacemos hasta lo imposible por estar con él.

Los santos, por el contrario, tuvieron a Nuestro Señor en primero lugar, ya que era el único y verdadero amor que poseían y por eso fueron tan astutos para las cosas del Reino de los Cielos.

Si fuéramos más devotos de la Inmaculada, seríamos muchísimo más astutos, porque su amor irresistible nos llevaría a actuar de una manera diferente.

Madre Inmaculada, aumenta tu amor.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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