23 noviembre, 2010

Martes, 23 de noviembre de 2010. Lc 21, 5-11

¿Esta mal ponderar la calidad y belleza del templo? Seguramente no, ¿Por qué las palabras de Jesús? Creo que el Señor nos invita a que no nos quedemos en lo exterior, no nos quedemos mirando y hablando de las guerras, que no nos alarmemos por lo que escuchemos o las extravagancias de los hombres, sino que debemos conservar la calma, la cordura, el fin y objetivo de nuestra fe

Mi Jesús te quiero proclamar rey de mis sentimientos y afectos, de mis decisiones, para que lo exterior no me afecte de tal modo que me aparte de ti, sino que me mueva a actuar, a ejercer la caridad, a no perder la confianza en ti.

Santísima Virgen Inmaculada, madre de la esperanza, danos la gracia de esperar con alegría a Cristo, de amarle y creerle, deseando ardientemente que llegue su reino a toda la creación, que al ver la necesidad en el mundo, mi corazón arda de amor por las almas, que no descanse de anunciar el Verdadero Amor.

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