25 agosto, 2010
Ayer hablamos de un hombre digno de alabanza, San Bartolomé, el mísmo Jesús lo alaba y nos da a entender lo importante, que es ser sincero y transparente, para atraer la mirada de Dios sobre nosotros, tenemos un contraste totalmente diferente con el Evangelio de hoy, cuando Jesús no alaba, sino que condena el pecado de hipocrecía en los Escríbas y Fariseos, pecado que quiza es el que más ataca Cristo en el Evangelio, varias veces se ve a Jesús denunciando este pecado que somete al hombre como esclavo de un espejo que muestra lo que no es.
La hipocrecía es todo lo contrario a Cristo que es el sumo Bien, en Él no hay engaño alguno, mientras los hombres tratan de aparentar lo que no son: mostrandose poderoso siendo pobre, fuerte siendo debíl, rico siendo pobre, mostrandose como Dios siendo una símple creatura; Dios-Cristo siendo Dios se muestra como un hombre más en medio de nosotros, se muestra pobre siendo el dueño de todo lo creado, debíl siendo él la Fuerza, se somete al hombre mísmo siendo el el Dios poderoso que no necesita de nadie; por eso Cristo le habla tan fuerte a los escribas y fariseos, y nos habla fuerte hoy a nosotros, como estamos viviendo el evangelio, ¿estamos mostrando lo que no somos? ¿queremos aparentar lo bueno siendo malos por dentro? la hipocrecía nos ataca a nosotros los que queremos ser buenos no a los que estan empesinados en el pecado, recordemos que los fariseos eran los que enseñaban la ley de Dios, así a nosotros nos viene la tentación de mostrarnos santos sin serlo.
Que diferencia hay entre todos los haombres y la Virgen María, élla toda sencella, humilde, transparente, como la llamabán los Padres de la Iglesia " la purísima" porque no reflejó cosa diferente a lo que había en su interior, Madre Santa te rogamos que nos asistas con tu gracia para salir de nuestra hipocrecía e imitemos tu pureza en nuestra vida.
San Antonio prega per me.
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