26 agosto, 2010

Jueves 26 de agosto de 2010. Mt 24, 42-51

Alma: ¿A qué hora vendrás Jesús? Sé que vas a venir en otras dos ocasiones. Una individual en el momento del juicio particular y otra en tu segunda venida, la Parusía. Pero, ¿por qué tardas tanto? ¿no vez que tus hijos te desean ardientemente? «vivo sin vivir en mí y de tal manera espero que muero porque no muero».

Jesús: el viñador no recoge el fruto hasta que la cosecha está lista porque de lo contrario puede estropear la planta y sacarle sólo una parte del provecho. De la misma manera yo llamo a cada alma en el momento justo para que la cosecha sea abundante.

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¿Por qué razón el Señor hace una comparación que a simple vista está mal planteada? Me refiero a que Jesús habla de que el dueño de casa que SI sabe a qué hora vendrá el ladrón está preparado para evitar el robo y también habla de los que NO sabemos a qué hora vendrá el Hijo del Hombre. La comparación no es del mismo nivel, no se iguala el ejemplo a la vida real.

Pero después de analizar vemos cómo la comparación nos quiere mostrar cómo si están preparados los que sí saben, con más razón deben estar preparados los que no saben. Si sé a qué hora vendrá el ladrón no me puedo dormir porque de pronto el sueño me toma y el ladrón entra en mi casa, ahora con más razón el que no sabe a qué hora va a llegar el ladrón sí que debe permanecer despierto.

La comparación no es del tipo así como “x” hace “y” ustedes hagan “y”, sino que es del tipo si “x” hace “y”, con más razón ustedes que no son “x” hagan “y”, pero ¿para qué estoy diciendo todo esto? ¿será que me sirve para algo? Tal vez.

Oración:

Si Jesús, siendo Dios, obedeció a María, yo que no soy Dios, con muchísima más razón debo obedecerla a Ella.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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