El doctor de la ley quería poner a prueba a Jesús, así muchos fariseos lo intentaban y en ocasiones nuestro Señor respondía con otra pregunta y los cuestionaba, sin embargo, en este momento responde y creo que lo hacia con la intención de evangelizar a los que estaban allí, a los que tenían recta intención y que lo buscaban con sincero corazón.
Mi Señor, en aquella época no había tanta claridad como la que tenemos hoy de estos mandatos principales, y es de resaltar tu extraordinaria síntesis de la ley, es la propuesta coherente, es todo un reto para el ser humano, es la realizacion plena de nuestro ser, por eso, imploro tu Santo Espíritu para que me dirija y guie con humildad y sabiduría.
Bienaventurada Virgen María, Madre del Amor, enséñame a amar!
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