El que tenía 10 talentos, de los cuales 5 había conseguido negociando, se acerca primero a presentar su trabajo, ante su Señor, es felicitado y se le confía mucho más.
Amadísimo Maestro, que no te robe la gloria, sino que inmediatamente participe de tu obra de conversión de las almas, vaya a reconocer a tus pies lo que me has confiado, que pueda esforzarme, desgastarme y morirme buscando la expansión de tu Reino; te suplico Mamita María nos des celo para que no enterremos los dones que el Señor ha derramado para su obra, danos eficacia en la palabra para que con el Amor de Dios, sean muchos los que se salven, incluyéndonos nosotros. Amén
San Agustín, Ruega por nosotros.
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