Ay de nosotros que somos como los fariseos. ¿Cuántas veces con nuestro mal testimonio no dejamos entrar a quienes quieren hacerlo al, Reino de los Cielos? Ay de nosotros que incluso con las gracias que se nos dan en los sacramentos seguimos con tibieza espiritual. Ay de nosotros que seremos juzgados más fuerte que los fariseos porque ellos no tenían acceso a la gracia y no conocían la revelación de Cristo y no tenían a la Iglesia y a la Madre de Dios.
El día del juicio se levantarán los habitantes de Sodoma y Gomorra y la Reina del Sur contra los que no quisieron escuchar a Jesús en aquel tiempo, pero serán más los que se levantarán contra nosotros por no haber escuchado a Jesús en este otro.
Misericordia infinita de Dios que aguarda por nuestra conversión, en ti confiamos. Confiamos en que el perdón las culpas está al alcance de todos, confiamos en que las gracias se derraman sobre nosotros constantemente, confiamos en que, si queremos, podemos cambiar. Confiamos en que la Madre de la Misericordia está de nuestro lado, pero también confiamos en que Dios es justo.
Gracias Señor por tu misericordia y por tu justicia. Te pedimos, de manos de tu Madre, que podamos alcanzar tu misericordia y tu salvación.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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