31 diciembre, 2010

“No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones”

El evangelio hablando de la profetisa Ana enfatiza que fue casada y que ahora es viuda y por eso sirve al Señor día y noche; pues si fuera casada y tuviera hijos debería estar en su hogar con ellos, siendo Santa allí. Esto me enseña que el Señor pide a cada alma, según su estado y sus capacidades.
Por otra parte dice que la profetisa servía a Dios día y noche CON AYUNOS Y ORACIONES; Es decir que orar por las almas y ofrecer al Señor ayunos y mortificaciones en manos de la Virgen María por la conversión de la humanidad, es una manera de servirle, es un apostolado muy agradable a Dios; yo diría que es el apostolado más importante y necesario, sin llegar a desmeritar cualquier otro tipo de apostolado; pues sin oración, no se ven, no hay verdaderos frutos de conversión en las almas, así la predica haya sido lo mejor del mundo.

Santa Madre de Dios te suplico me regales tu espíritu de oración para permanecer en vida intima contigo, viviendo mi esclavitud a tu corazón para hacerte feliz y para que tú me hagas Santa.

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