¿Qué fueron a ver en el desierto? Es la pregunta de Jesús a los que lo acompañaban, y la respuesta es un profeta en el desierto que grita y exhorta a enderezar el camino de Dios, pues Dios tiene un plan de salvación para el hombre y necesita de la respuesta del mismo hombre, su aceptación. Juan un profeta austero y entregado, importante por ser el predecesor de Jesús el que llega a anunciar la venida y llegada del mesías de Dios.
Y de este modo Jesús hace un gran comentario acerca de Juan, diciendo que no hay hombre más grande que él pues su misión de predicar ante la llegada del Mesías era importante.
Hasta los publicanos recibieron el mensaje de Dios y se hicieron bautizar por Juan, por esto el señor habla de que los publicanos y prostitutas les llevan la delantera a los fariseos y doctores pues ellos acogieron el mensaje de Dios, pues ellos se arrepintieron de su vida de pecado y cambiaron acogiendo la predicación de Juan, sin embargo los fariseos y doctores de la ley no quisieron recibirlo por esto dice el mismo Jesús que frustraron el designio de Dios para con ellos, pues ellos no quisieron acoger el mensaje que Dios les enviaba por medio de Juan, y así nos pasa muchas veces no recibimos el mensaje que nos envía Dios por medio de sus mensajeros y por la soberbia espiritual creemos que solo nosotros tenemos la razón.
Oh Madre bendita tú que conocías el corazón de los necesitados de Dios, y conoces nuestros más pequeñas intenciones rectifícalas y llévanos a Cristo.
¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
¡Ad Maiorem Dei Gloriam per María!
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