23 julio, 2011

trigo y cizaña son parecidos en sus primeros días

Evangelio según San Mateo 13,24-30. 
Y les propuso otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo;
pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue.
Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña.
Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: 'Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?'.
El les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo'. Los peones replicaron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'.
'No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo.
Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero'".

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Este evangelio es algo confuso, puesto que parece ilógico el pensar del sembrador. Según cuentan, la cizaña se parece mucho al trigo cuando apenas está creciendo, y esta es la razón por la cual no se puede arrancar una sin afectar a la otra. La mejor forma de diferenciar la cizaña del trigo es esperar a que ambas crezcan.
Si es verdad que ambas plantas son parecidas en sus primeros momentos, entonces este evangelio es comprendido de una manera especial, ya que cada uno de nosotros podría ser como estas semillas. En los primeros años somos todos iguales, simples tallitos que crecen, pero con el tiempo escogemos ser trigo o cizaña. En nuestras manos está el crecer como fruto de la Palabra de Dios o como fruto del maligno.
Bueno, ahora bien, esta parábola nos habla del mundo, de la vida, del juicio, etc. ¿dónde está María?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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