El Señor se aparta a orar después de despedir la gente a la cual había alimentado en la multiplicación de los panes. El Señor busca la oración es más busca estar solo para orar, le dice a sus discípulos que se fueran adelante, para Él en la soledad buscar la oración, la intimidad con Cristo. Qué necesidad que tenemos de orar, la oración es nuestro alimento, es nuestra fortaleza espiritual, el mismo Jesús nos muestra la necesidad de orar, pues en muchos pasajes vemos como va a orar como busca la oración para encontrarse con el Padre.
Qué necesidad la que tenemos de la intimidad con Dios, que misterio cuando no la tenemos la despreciamos y cuando el alma del hombre empieza a degustarla quiere tenerla más y más. Oh María la virgen que supo tener intimidad con Dios Padre, que ganó en esa intimidad la mirada de Dios misericordioso, que antepuso su voluntad para que se diera la voluntad de Dios, ella que le enseña al mismo niñito Jesús a rezar. ¡Qué gran maestra! ¡Que me enseñe a orar!
Luego de la oración Jesús se va al encuentro de sus discípulos que lo esperan en la barca lejos de la orilla, y Jesús camina sobre las aguas, va por ellos pues el Señor es un Dios que va al encuentro del hombre. En ese momento pide la fe para que también se acerquen a Él, aunque Pedro se lanzó luego de dudar por mirar las circunstancias en que se encontraba, es decir se debe mirar a Cristo y entregarle las circunstancias, problemas dificultades a Él y no quedarse pensando y sufriendo por ellas.
Oh Señora Madre nuestra enséñanos a tener intimidad con Dios y a tener la fe para caminar por encima de las aguas hacia Cristo.
¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
"Ad Maiorem Dei Gloriam per Mariam"
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