18 julio, 2010

Evangelio según San Lucas, 10, del 38 al 42

Hoy en este Santo Evangelio se nos expresan las “dos caras de la moneda” una en la que se muestra la vida normal de una persona que se ha dejado acoger por el mundo, llena de situaciones envolventes que no dan tiempo de apreciar o tener momentos de paz, aquella que nos lleva al movimiento continuo y a la intranquilidad. La otra parte es la que nos muestra una vida de silencio, contemplación, quietud y mucha paz.

Pues bien cada ser humano es libre de escoger una de estas dos formas de vivir, hay quienes en su afán por obtener cosas o por hacer realidad sus sueños, quedan envueltos en el mundo, de tal manera que no les queda un momento de tranquilidad y siempre están en pos de aquello que desean conseguir materialmente y los que con la sabiduría Divina, diría yo, no se dejan tentar por el mundo y sus exigencias logrando tener la paz y alegría que necesitan para vivir de manera agradable. Por mi parte expreso gran admiración por aquellos quienes han escogido la mejor parte, a los pies del maestro, escuchando su palabra para interiorizarla, meditarla y luego llevarla a quienes más la necesitan.

Dice san Gregorio: Conviene saber que, así como el justo orden de la vida consiste en tender a la contemplación partiendo de la vida activa, así el espíritu suele volver, con utilidad, de la contemplativa a la activa.

Madre, tú si que supiste escoger la mejor parte, hoy quiero pedirte que me ayudes a mi también a escogerla, pues he vivido como Marta en medio de agitaciones constantes, llevada por el mundo sin obtener nada que me llene realmente; ahora quiero tomar el papel de María y lograr encontrar allí mi felicidad. Amén

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