La semilla siempre es fértil, lo único que la puede hacer infértil es el lugar donde caiga. El Señor nos pone 3 circunstancias donde no dio fruto:
La primera, cuando cayó la semilla al borde del camino y los pájaros la comieron, ahí es cuando llega el enemigo a asechar, cuando no esperamos que el Sembrador llegue al lugar propicio, cuando no tenemos paciencia ni confianza en la Divina Voluntad, entonces empezamos a contemplar las tentaciones que nos pone el maligno para apartarnos de la misión que Dios nos ha encomendado.
En el segundo momento, la semilla cae en terreno pedregoso, que no permite que haya suficiente raíz, no hay suficiente oración que alimente de la sabia del Amor, no hay humildad que es la raíz que no se ve, que es la que hace crecer.
Y por último no dio fruto cuando la semilla cayó entre las zarzas, que es como el mundo, que cuando le permitimos, llega para apartarnos de Dios, es demasiado sutil en la forma en que nos imprime su espíritu de tibieza espiritual.
Santísima Virgen María, hay muchas formas de perdernos, pero hay un solo Camino, Verdad y Vida, quiero ser dócil a tu Hijo, a su divino Querer, ayúdame a ser coherente con mi fe, a velar y orar para no caer en la tentación para que sea mi corazón fertil para amar. Amén.
Jessica Restrepo S.
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