15 julio, 2010

Miércoles 14 de julio de 2010. Mt 11, 25

Los misterios de Dios son revelados a los pequeños. Increíble que Dios muestre su gloria de tal manera. Dios se gloría por medio de su bondad, mientras que los hombres nos gloriamos en las cosas pequeñas; preferimos las minucias de este mundo y pensamos que son nuestros todos los méritos, cuando en verdad es Dios quien nos sostiene, bien lo dice el salmista: «si el Señor no vigila la ciudad en vano vigilan los centinelas».

Jesús, gracias por darnos a conocer al Padre por medio de tu amor, por medio de tu testimonio, por medio de ti. ¿Cómo no ver al Padre en ti? Sin embargo, es mucho lo que nos falta para poder acercarnos siguiera a un mínimo vistazo de lo que es el Padre.

Dice San Juan Crisóstomo: Al decir "a los sabios", no se refiere a la verdadera sabiduría, sino a aquella que pretendían tener los escribas y los fariseos. Y por eso no dijo: "Revelaste estas cosas a los necios", sino a los pequeñuelos, esto es, a los sencillos o rústicos. En esto nos enseña el cuidado que debemos tener de huir del orgullo y de amar la humildad. (Catena aurea ES 4125).

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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