01 julio, 2010

Jueves 1 de julio de 2010. Mt 9, 1

La fe de aquellos hombres alcanzó de Jesús el perdón de los pecados para aquel paralítico. En este pasaje se ve claramente la intercesión de unos con otros, la fe de la Iglesia. Pero, ¿cómo aumentar esta fe? Es necesario mirar siempre a Cristo, acudir a él en todo momento, bien sea de manera personal o llegar a él por medio de la intercesión de los demás. Pero si por la fe de un par de hombres se le concedió el perdón de los pecados y la curación a aquel hombre, ¿cuánto más podrá ayudarnos la intercesión de la Madre de Dios? La fe de María nos puede acercar a Jesús y Jesús se acercará a nosotros porque un alma mariana es irresistible a Jesús, al Espíritu Santo y al Padre Celestial.

Si nos acercamos a María podremos llegar más perfectamente a Jesús. De sus manos todo será más llevadero, más dulce, más parecido a Cristo.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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