27 enero, 2011

Jueves, 27 de enero de 2011. Mc 4, 21-25

“Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz”

Así da el Señor respuesta de su silencio, de las peticiones de guardar silencio que hacia a quienes sanaba, pues el fin era que le descubriésemos en el pesebre, en la pequeñez, en la soledad incluso en la desolación y oscuridad que había en nuestra alma al habitar el pecado mortal.

El candil se trae para ponerlo en el candelero, pero ¿Quién pone el candil en el candelero? Creo que Jesús, solo tenemos que dejarnos poner donde Él quiere, pues la luz que podemos irradiar proviene de Él. Así mismo sucede con las virtudes, pues no tenemos que ir a alardear de lo que somos o de lo que Dios ha hecho en nosotros, solo es virtud lo que Dios descubre.

Madre, hazme palpitar con tu corazón, quiero meditar todo en tu corazón, guardarlo todo en el mejor cofre que eres tu, pues allí entra y vive Jesús. Te amo mamá!.

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