27 enero, 2011

Jueves 27 de enero de 2011

Evangelio según San Marcos 4,21-25.
Jesús les decía: "¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es más bien para colocarla sobre el candelero?
Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba manifestarse.
¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!".
Y les decía: "¡Presten atención a lo que oyen! La medida con que midan se usará para ustedes, y les darán más todavía.
Porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene".

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foto-gon2-faro[1]La luz se hizo para alumbrar y para calentar. Si la luz se esconde, su intensidad luminosa sigue siendo igual, pero es aprovechada por unos pocos o por nadie. Cuando una lámpara alumbra, los que están a la misma distancia reciben la misma cantidad de luz. No importa que alrededor hayan 2, 4, 6, 8 o 100 personas, todas recibirá, exactamente lo mismo. La luz no pierde intensidad según el número de receptores. La intensidad de la luz no depende sino de la distancia a la que se esté de ella.

Así mismo es el amor de Dios. No importa si hay 100 o 1 billón de personas en torno a Dios, su amor siempre será el mismo para todos. El amor de Dios no depende de la cantidad de sus hijos, el amor de Dios depende de la cercanía con la que uno esté de Él. Entre más cerca más se recibe ese amor que es igual para todos pero depende de nuestra respuesta.

De la misma manera que el sol alumbra sobre todos con la misma fuerza, así es la luz que viene de Dios, su amor. Nosotros estamos llamados a ser luces en la oscuridad, a iluminar lo que está en tinieblas, a irradiar el amor de Dios apagado en tantos corazones.

María fue el reflejo visible del Dios invisible porque irradió tanta luz en la oscuridad como ninguna criatura jamás lo podrá hacer. Es más, incluso ahora es un faro encendido en el mar de nuestra vida por medio del cual podemos llegar al puerto seguro de la salvación.

Gracias Señor porque cuando miramos a la Inmaculada entendemos que una lámpara no se pude esconder debajo de la cama, sino que hay que elevarla lo más alto posible para poder guiar a los que están en tinieblas y en sombra de muerte.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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