09 octubre, 2010

Dichosos...


“Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la practican” Son benditos, dichosos los que hacen esto pues allí está la felicidad, allí se encuentra la perfecta alegría. ¡Escuchar la palabra de Dios! ¿Qué es? Es estar atento y escuchar la voz de Dios, a través del evangelio o de la misma conciencia donde el señor le habla al corazón. En el Santo Evangelio encontramos las palabras de Jesús que nos dan la perfecta forma de vida encaminada en la Caridad. Por otro lado la conciencia donde el Señor puede hablar constantemente para corregir y mostrar su voluntad.

La virgen inmaculada fue la primera en escuchar la palabra de Dios, de recibirla y de practicarla, pues ella creyó en lo que decía el Señor, y se convirtió así en la Madre de Dios.

El Señor está presto para hablarle al corazón, para hablarle a nuestra alma y decirnos cuál es el camino de la perfecta santidad. La dificultad es estar despiertos y prestos a escuchar la palabra de Dios en nuestro corazón y en nuestra alma, para acogerla y vivirla.
Oh madre inmaculada que yo vea, madre mía que yo pueda entender el camino que Dios tiene para nosotros. Oh Madre Santa que mi corazón escuche la palabra de Dios y la viva totalmente.

¡A ti madre querida, enséñanos a amar!
“Ad Maiorem Dei Gloriam per María!

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