29 octubre, 2010

Ser misericordiosos


Qué fácil es car en juicios y acusar a nuestros hermanos de tal o cual cosa, cuando el Señor nos enseña a ser misericordiosos. No corresponde a nosotros impartir la justicia de Dios sino su misericordia, es por esto que Señor nos dice que seamos mansos y humildes de corazón, pero también nos dice no juzguéis y no seres juzgados. Quien está en el pecado con seguridad no sabe lo que hace sino que tiene un error en el entendimiento que lo hace comportar de esa manera, porque cuando se descubre un poco lo que es el pecado se aborrece.

Muchas veces rechazamos a las personas porque supuestamente viven en pecado, pero no nos damos cuenta que al rechazarlas nosotros estamos faltando a la caridad, eso sí sería también faltar a la caridad no enseñarles el error en que están, así procedía Jesús y es lo que nosotros estamos llamados a hacer.

Madre de misericordia, comunícanos algo de esa misericordia que tú tienes para toda la humanidad, para que a cada persona la miremos con tus ojos y podamos predicar a Cristo sin juzgar a quien no lo conoce sino enseñando con amor y paciencia a quienes están sedientos de Él.

En el corazón de mi Madre, la Iglesia... ¡Yo quiero ser el AMOR!

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