20 octubre, 2010

Miércoles 20 de octubre de 2010. Lc 12, 39-48

ladron-300x300[1] Si supiéramos a qué horas vamos a ser tentados, la tentación no tendría efecto porque estaríamos preparados para enfrentarla o evitaríamos la ocasión para no tenerla. Sin embargo, constantemente nos encontramos con tentaciones que nos golpean y nos hieren, bien sea porque estábamos poco preparados o porque no las evitamos a tiempo.

¿Cuál es la solución? «Velad y orad porque el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar».

Madre Inmaculada, Reina del Cielo, sin ti mi vida espiritual no tiene futuro, porque toda mivida te pertenece y me he consagrado completamente a ti. Sin ti, no seré capaz de resistir ni siquiera el más mínimo ataque porque mi voluntad te pertenece. Sin embargo no vivo mi consagración a ti como debería ser, ¿qué hago? ¿Cómo enciendo en mi corazón un amor profundo hacia ti?

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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